El municipio de Medellín es una de las poblaciones con mayor renombre, arraigo y trascendencia histórica de Extremadura. Esta viene marcada en gran parte, por la magnífica localización estratégica de que disfruta al asentarse en un alto cerro desde el que se controla uno de los mejores vados del Río Guadiana.
La inmejorable feracidad de las vegas de los ríos Ortiga y Guadiana; el hecho de existir en ese lugar una zona vadeable para cruzar este último, así como la gran visibilidad del llamado Cerro del Castillo han favorecido que, desde la prehistoria, este lugar haya atraído la atención de las diferentes comunidades humanas que por él han pasado.
Las primeras ocupaciones de este enclave se asentaron en la parte alta del cerro, zona desde la que han ido descendiendo progresivamente a lo largo de la historia. Destacamos seguidamente algunos de los vestigios que se han conservado de las diferentes etapas históricas:
Prehistoria: en las cercanías de Medellín se han localizado hallazgos aislados de industria lítica tallada que a pesar de estar en contextos segundarios parecen corresponder con herramientas de época paleolítica (1.000.000- 10.000 años a. C.).
Calcolítico: se han descubierto algunas evidencias arqueológicas (hogares, cerámicas, etc.) que parecen atestiguar la existencia de ocupaciones humanas desde al menos el III milenio a. C en adelante.
Edad del Bronce: se han detectado y documentado algunas evidencias arqueológicas (hogares, agujeros de postes, vertederos, etc.) que manifiestan un mayor nivel de ocupación humana de este enclave durante el desarrollo de esta época. Entre ellos habría que destacar el descubrimiento de varios hogares in situ siendo datados algunos de ellos entorno a los siglos XIV-XIII a.C.
Periodo Orientalizante: habría que destacar los magníficos materiales arqueológicos recuperados durante la excavación de la necrópolis tartésica de Medellín.
Época Romana: destaca por su excelente grado de conservación el teatro, así como otras estructuras monumentales, como un posible templo, un pórtico columnado, tabernas, muros de aterrazamiento, etc., así como posibles restos del puente de ese período.
Época visigoda: sobresale de este período el descubrimiento de la cercana necrópolis de “El Turuñuelo”, en el que se recuperó un magnífico ajuar funerario de piezas de oro.
Época medieval islámica: de esta época se ha de reseñar principalmente la existencia de varios lienzos de murallas diseminados por las laderas del cerro, diversas partes del castillo (puerta norte, cimentación de la torre occidental, etc.), así como los aljibes y cisternas localizados en él.
Época medieval cristiana: aparte de diversas reformas y ampliaciones del castillo, conviene destacar la construcción de varias Iglesias (Iglesia de Santa María, Iglesia de Santiago y la Iglesia de San Martín).
Edad moderna: vendrá marcada por el acontecimiento del descubrimiento de América, en el que destacará el ilustre vecino de Medellín, Hernán Cortés, insigne conquistador de México y otros territorios americanos. Los monumentos más emblemáticos que se erigen en este periodo son la Iglesia de Santa Cecilia y el puente que en tiempos de Felipe IV (siglo XVII) se construye sobre el río Guadiana.
Época Contemporánea: Medellín se verá afectado por dos importantes conflictos bélicos: de un lado la Guerra de la Independencia, con el desarrollo de la famosa “Batalla de Medellín”, producida el 28 de marzo de 1809, que terminó con la derrota de las tropas españolas del General Cuesta y la destrucción de numerosos inmuebles de esta localidad; y de otro, la Guerra Civil, de la que aún se conservan parte de las trincheras realizadas por los soldados republicanos que se fortificaron en este enclave.
De lo anteriormente manifestado, se deduce que el enclave de Medellín no sólo atesora importantes vestigios arqueológicos, inmuebles y monumentos de gran valor artístico, sino que además, ha sido el escenario donde se han desarrollado numerosos y trascendentales acontecimientos históricos.
Todo lo anterior demuestra la importancia tan transcendental que Medellín ha tenido a lo largo de la historia y justifica la idea de que la puesta en valor de su magnífico patrimonio cultural la ha de convertir en uno de los mejores enclaves turísticos de Extremadura de este siglo XXI.
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